La hipocresía puede matar la democracia

Una democracia moderna es un sistema político caro. Tener que compaginar y colmar múltiples intereses no es barato, y seguramente es el precio que se debe pagar por la libertad. Si se compara con lo que se ha pagado en vidas humanas, tal vez sea hasta poco. Pero en tiempos de crisis todo se magnifica, o como me gusta decir a mi, se acentúa la hipocresía. De golpe, no sale el político que llevamos dentro si no el interventor de cuentas y nos volvemos en garantes celosos del gasto público hasta extremos paranoicos. Hasta tal punto que se quiere hasta controlar el presupuesto que se pone a disposición de los Poderes del Estado para el desarrollo de actividades relacionadas con su competencia. Me voy a salir de la linea hipócrita, pero opino que un diputado no tiene porqué justificar en qué gasta sus viajes a cargo de la cámaras. Si lo ha hecho en actividad política (no confundir con la actividad oficial -que es otra cosas-) o no, queda exclusivamente en su fuero interno y si al final se lo gasta en vino ya se las apañará si necesita uno más y los ha agotado. La actividad «política» no puede estar fiscalizada por ningún periodista, cuando la soberanía popular ha decidido que hay una asignación presupuestaria para dicho fin. De hecho, la misma soberanía ha decidido que la actividad «sindical» sea sufragada también con fondos públicos y privados y nadie cuestiona en qué se aprovecha (de hecho el pacto tácito es «gástatelo en lo que quieras pero no me pidas ni una hora más»). Pero como la hipocresía parece que se quiere imponer la respuesta es otra hipocresía; nos quieren mostrar en qué se gastan los viajes, pero mintiendo; lo cual no sé que es peor ¡Tanto cuesta decir la verdad y decir que es un precio que pagamos por ser una democracia moderna! y ¡Tanto les cuesta a los periodistas dejar de cultivar la hipocresía en los soliviantados ciudadanos!

La tercera vía es la primera

Decía J.F. Revel que en ningún momento en Yalta se había pactado que la URSS se hiciera con Polonia. Es más Polonia tendría el destino de unas elecciones libres y un futuro democrático. Pero no fue así. La URSS se la hizo de su órbita, y entre el cansancio británico y el inicial desprecio por la potencia revelada, los EEUU, el incumplimiento ruso se consumó. Pero los soviéticos en puridad no entendían que hubieran incumplido un acuerdo, si no que estaban dando cumplimiento a otro adoptado anteriormente y que no querían olvidar, el Molotov-Ribbentrop. Por la inactividad de occidente no se quedaron con una parte si no con toda Polonia De ahí que los polacos envidien a los españoles al estar rodeados, como ellos dicen, por las tres P, Pirineos, Portugal y Peces.

Sectores de lo que yo denomino el «madriñelismo redentor» (un grupo de numerosos nihilistas que tienen como vocación experimentar en el culo de otros, nunca a menos de 600 km) abogan por una denominada «tercera vía», que conlleva una reforma constitucional, que de manera explícita no han explicado. Este sector, numeroso, está compuesto por el PSOE y otros sectores satélites. Ya expliqué en una entrada que el inmisericorde ataque a la Constitución no me parecía justificado y que no dejaba de ser una traición no darle una oportunidad a un texto que no se aplica en alguna de sus partes por oportunidad política. Pero a lo que vamos. No explicitan que supone esta tercera vía, pero dejan muchas «miguitas de pan» como para que cualquiera pueda verlo. Se trata de recuperar el pacto Zapatero-Mas que llevó al Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006. Ese pacto que suponía un intento de reforma constitucional por la puerta de atrás y que no se consumó por un recurso del PP y un Magistrado nombrado por el PSOE (Manuel Aragón), que no les salió tan obediente como los socialistas contaban. En cada ocasión que pueden, los del PSOE recuerdan la existencia del pacto y lo ilegítimo (sic) de la resolución del constitucional. En definitiva su mensaje es que mantendrán su pacto si bien con una reforma constitucional.

De memoria voy a recordar lo que el TC anuló o retocó:

a. Cataluña puede considerarse nación, pero es una cuestión nominalista porque de nación la Constitución solo reconoce la española.

b. El Defensor del Pueblo tiene competencias en Cataluña

c. No se puede hacer un Consejo General del Poder Judicial solo en Cataluña

d. El TSJ de Cataluña no puede ser por definición la última instancia de Cataluña

e. El catalán no puede ser lengua preferente en la Administración y en la Educación, debiendo guardar un equilibrio con el español

f. Se pueden denominar veguerías en lugar de provincias, pero deben ser las cuatro actuales

g. La inversión obligatoria es una mera orientación al legislador, pero su concreción se hará cada año en la ley de presupuestos

Como ven, tampoco es tanto lo tocado, o no parece que lo retocado sea fruto de una españolidad rancia. Pues bien, el proyecto de los que AE llama de manera impropia «terceristas» es recuperar lo que el TC cuestionó del Estatuto de Autonomía, y vender una reforma constitucional en esa línea. Así la tercera vía no es más que la primera, la del origen de todo, como el pacto Molotov-Ribbetrop.

El Timbaler del Bruc

Dice la leyenda (otra más) que aprovechando el eco entre las montañas de Montserrat, un niño con un tambor engañó a las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia española, haciendo creer que eran más los soldados españoles (catalanes sic) que los galos, que huyeron despavoridos. Como toda guerra, esta cuenta con las leyendas y heroicidades propias de los pueblos eternos. Pero la cruda realidad, es que esta guerra, como otras muchas, se ganó porque los españoles eran más que los franceses y estaban dispuestos a hacerles frente.

El 9N se hizo en Cataluña una representación teatral perfectamente orquestada y que violaba no solo las leyes de los hombres vigentes, sino también las leyes de la física. Fue una exhibición cuántica, dónde el primer votante en Sidney depositaba su voto en una urna llena de votos. Si un gato en una caja no podemos afirmar de manera incontestable si está vivo o muerto ¿Por qué no dudar que un votante pueda hacerlo varias veces?

Sin embargo, nuestros periodistas, esos notarios de la actualidad, cayeron en la trampa. Dan por buenos unos números y unas motivaciones que se reflejan como conclusión de la representación. Pero estos también están dentro de un universo cuántico, y concluyen que 70 es menos que 30, y que 1,8 es suficiente para condicionar no solo a 7, sino también a 47. Imbuidos por el universo Nolan, están haciendo de timbaler, y resuenan el sonido del sedicente mensaje en las montañas de medios de comunicación. Será porque España los trata excesivamente bien, y después de los sindicalistas, es el colectivo que cuenta con mayor protección. Esa que les permite soltar un bulo, solo con el hecho de que sea «veraz». Los directores de esta tragicomedia son entrevistados, se les da tiempo, voz y facilidades para soltar sus soflamas; mientras que los defensores de la ley si no son insultados políticamente (eh Casimiro García Abadillo -Amarillo dicen otros-) en el mejor de los casos son ignorados. Es lo que tiene la ley y la democracia, es terriblemente aburrida y por tanto no vende.

Y eso que, si seguimos unos números que con análisis piadoso, serían considerados de ciencia ficción, los favorables a la rebelión son una minoría minoritaria, un escaso 30% ¿Por qué se nos desampara de esta manera a la mayoría? ¿Nos tendremos que despelotar en público para que nos hagan caso? ¿Qué acuerdo están lubricando desde el madriñelismo redentor? ¿Lo hacen por miedo a que nos movilicemos? ¿Que manía de buscar acomodo para los rebeldes cuando otros colectivos más numerosos -vg los antiabortista- son ignorados? Preguntas que dejo y de las que ando buscando respuestas

Coda, que Santa Bárbara les guarde el oído a los periodistas, porque el resto de sentidos, incluido el del ridículo, lo han perdido

Los «totalitarios», Miguel Bosch, no entienden la ironía

Estos días el crucificado en Cataluña (atacado por los supremacistas ninguneado por España -vamos un charnego moneda de intercambio al uso-) es el ciudadano que dicen que hizo un gesto fascista en la tribuna de invitados del Parlamento de Cataluña. Las imágenes están aquí (los comentarios del locutor son un delirio):

A este ciudadano se le ha prohibido «por los siglos de los siglos» acudir al Parlamento de Cataluña, por hacer un saludo fascista. Los invitados de tribuna no siempre se mantienen neutrales, pero es la primera vez que se ha vetado a perpetuidad a alguien.

El ciudadano en cuestión se llama Miguel Bosch (@angelmigeva) y si se mira su perfil no es un «peligroso ultraderechista». De todos es sabido que la presidenta del Parlament, la solemne meapilas Nuria de Gispert -los de Gispert una familia transversal -(que invitó a comer a El Pujol el día de su comparecencia sobre su confesión de fraude fiscal) es una persona autoritaria; sobretodo con los que no comulguen de la orgía supremacista. Pues bien, por una cuestión menor (como fue aplaudir una intervención de una diputada creo del PP) expulsó a los invitados de la Tribuna. Miguel Bosch como denuncia de esa actitud autoritaria saludó a la presidenta con el saludo romano, o nazi, o fascista, o falangista; lo cual no es un gesto de exaltación, si no de protesta ante una actitud; a la autoritaria se le saluda con un gesto autoritario ¿Cuántas veces no se quiere denunciar a España hablando de la «una, grande y libre» en TV3? ¿Acaso es una exaltación del franquismo por parte del tertuliano?

Pero el meapilismo se ha apoderado de C’s (del PP ya lo doy por descontado) cuando en lugar de poner las cosas en su sitio se han puesto de perfil. El veto a ir al Parlamento de Cataluña es nula porque va en contra del derecho a la libertad de expresión de este ciudadano, y su honor debería ser reparado

El supremacismo catalán sigue la lógica falaz del corrupto

Un mantra repetido hasta la saciedad es que la democracia está por encima de la ley ¿Qué quiere decir eso? ¿Que si la mayoría de la gente quiere algo la ley no lo puede impedir? Eso es un sofisma. Y lo es porque dicha afirmación sigue la misma lógica de los corruptos en democracia. En Argentina las juventudes peronistas atronaban las calles a los gritos de «putero y ladrón, queremos a Perón» como paradigma de la lógica supremacista, no nos importa lo que haga o lo que sea, si lo elegimos ha sido lo que ha querido el pueblo. Muchos «corruptos» se envuelven en la bandera de su pueblo o en el apoyo mayoritario obtenido en elecciones para justificar su conducta. De hecho no es excepcional que el «pueblo» ratifique o vote a «presuntos corruptos» con mayorías absolutas, teniendo más que indicios de que su actuación no es «limpia». Siguiendo la lógica supremacista de «democracia por encima de la ley», dichos corruptos no podrían ser perseguidos por la justicia ya que sus actos habrían sido «purificados» por las urnas, por el voto popular, por la democracia. Pero seguir mínimamente la actualidad, aunque sea por televisión, lleva a una conclusión contraria. La conclusión solo puede ser una, el salmo de los supremacistas catalanes de «la democracia está por encima de la ley»  es una absoluta falacia.

Cervantes, el corrupto

Hoy cuenta con centros repartidos por el mundo con su nombre dónde se expande la «cultura» española. El premio más prestigioso de lengua española también tiene su nombre. Se habla de Cervantes y muchos hacen una genuflexión. Pero tal vez muchos no recuerden que Cervantes con palabras de hoy habría sido considerado un «corrupto». En 1597 fue encarcelado en Sevilla por irregularidades en su función público de recaudación de abastos. Vamos que se había quedado con dinero y bienes públicos. No me imagino a un personaje como Cervantes hoy que condenado por corrupción, se presumiera que dentro de cinco siglos fuera considerado un referente patrio. Pero cinco siglos son muchos siglos y a ver que pasa. Esto demuestra que la psicología social es muy peculiar. Ahora mismo anda pidiendo una catarsis en forma de seppuku del sistema que no está justificado por mucho que se diga. Ya saben de mi opinión del tema, no se puede decir que una ley no funciona si no se aplica. Ya hay miles de boicoteadores dispuestos a cambiar la norma con la esperanza de que le sea más favorable. Hay que recordar que, a diferencia de lo que piensa la gente, la ley no prohibe expresamente robar, corromperse ni tan siquiera matar; lo que hace el Código Penal es prevenir de lo que te puede pasar si haces tal conducta. Y eso es así porque los sistemas más civilizados no pueden inmiscuirse en lo que sería el libre albedrío (aunque haya autores -como Steve Pinker- que pongan en duda la existencia del mismo). No es explicable que ante los casos de corrupción el pueblo inicie una senda peligrosa (como decía Perla de Huelva), y los homicidios (que cada año son unos 300) ni rasguñen al sistema. Parece que la gente ha asumido que uno pueda matar, pero le hiere profundamente que el gestor público cometa irregularidades. Sin embargo ambas conductas están previstas como sancionables en el Código Penal, por lo que la soberanía popular (personificada en el poder legislativo) ya entendía que podía pasar, precisamente por el libre albedrío de los ciudadanos. De ahí que lo sano es lo que está pasando, que se enjuicien supuestos casos de «corrupción» porque demuestra que nuestros gobernantes son humanos (un factor muy a tener en cuenta) y que el sistema persigue y depura. Por eso no deja de ser una situación paradójica que vivimos y que en el fondo sería una victoria de los corruptos y de la corrupción, y no del pueblo, como el GAL fue una victoria de los terroristas de la que han sacado rédito dando a su crimen un tinte heroico que nunca ha tenido.

Los 300.000

Nuestros medios de comunicación, que por la audiencia tratan temas hasta la náusea, se han detenido poco en el asunto de los 300.000. Ese es el número de ciudadanos españoles que por diversas excusas no pagaban peajes en Portugal (pese a usar las autopistas) y a los que se les ha reclamado por parte de nuestro país vecino un total de 80 millones de euros.

«Evangelio según San Juan 8:1-7

La mujer sorprendida en adulterio

Pero Jesús se fue al monte de los Olivos.  Al amanecer se presentó de nuevo en el templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio del grupo le dijeron a Jesús:

—Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?

Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.  Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:

—Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.»

Cada vez que aparece un caso de «corrupción», pienso en esos 300.00 ¿Qué pensarán esos 300.000? ¿Hablarán en el bar esos 300.000? ¿Qué habrían hecho en su lugar esos 300.000? Y es que antes de ponernos a dilapidar corruptos muchos deberían pensar si están libres de pecado. Al menos los 300.000. Porque se está confundiendo el rencor con la justicia, y se utiliza el «cabreo» real o impostado como excusa para la resurrección de los tribunales de honor. No puedo negar que estoy cabreado, pero no por la corrupción ni por la crisis económica. Ni durante los JJOO de 1992 uno tenía que estar obligatoriamente feliz, ni ahora todo el mundo debe estar mosqueado por la crisis. Los mismos medios que no tienen manía de lapidar a cualquiera que caiga en las fauces de un juez (después ya veremos como acaba la cosa) deberían decir que la paradoja del sistema y su fortaleza es que revelar la corrupción muestra la fortaleza del modelo, no su debilidad. Por eso existe el Código Penal que es el reflejo de las debilidades humanas, del mal que los que no somos «socialdemócratas» sabemos que existe. Así, en el año 2012 en España se cometieron 364 homicidios ¿Eso significa que el país es un nido de homicidas? Los «fariseos» si tanto creen en su integridad deberían pedir la derogación del Código Penal una vez lapidados los adúlteros. Pero eso no es así; de íntegro no hay nadie, todos tenemos nuestras debilidades, y algunos las quieren explotar tanto que su único gran deseo (deseo cumplido) es proyectar su avaricia y estulticia en el bolsillo de los demás. Los 300.000 votarán a Podemos, porque están cansados de que le roben sus impuestos. Y porque creen en la justicia express de Yahvé, que incapaz de mostrarle diez hombres justos, fulminó a Sodoma y Gomorra (sin recordar que esa justicia fue indiscriminada).  A todo esto se debería explicar que los funcionarios (y los barandas de Podemos son todos funcionarios) no pagan impuestos. Si se supiera, el número de fariseos crecería exponencialmente.

Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico

El título de esta entrada es el apartado 1 del artículo 9 de la Constitución española. Uno de los preceptos principales de esta dichosa Constitución menospreciada por todo el mundo público sin que se le haya dado ni una oportunidad para comprobar su eficacia para resolver conflictos. Me gusta recordar muchas veces el artículo 9:

Artículo 9

1. Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.

2. Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.

3. La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.

Así, España se puede llenar de redentores o salvapatrias, desde el supremacismo catalán hasta el pueblo redentor pasando por las emanaciones del madriñelismo televisivo, pero después tienen que superar la barrera infranqueable del art.9; de los millones de funcionarios y ciudadanos que se salten la Constitución y cumplan las órdenes de quien mande. Por eso es inútil que La Generalitat declare la independencia de forma unilateral. Es como si declarara la propiedad de Marte. Eso se debe consolidar con un poder real sobre los funcionarios, en primer lugar, y luego sobre el resto de la población. Y eso no depende de la voluntad, si no de tener un poder efectivo, que no tienen, por mucha propaganda que hagan.

The winner takes it all?

Estado Charnego es refractario a un referéndum, a una reforma constitucional (que en lugar de arreglar dejaría peor la situación) y al modelo escocés que se tildó de ilegal desde una óptica de normativa europea. Si no nos han engañado en Escocia se sigue el típico modelo británico denominado «the winner takes it all», es decir, el ganador se lo lleva todo. En el sistema electoral británico el diputado escogido por una circunscripción se queda con toda la representación con tal de llegar a la mayoría, tirando los votos restantes (esa es una de las críticas a dicho sistema electoral que deja sin representación muchos ciudadanos). En el referéndum de Escocia se seguía este modelo, si el «sí» sacaba un 50,0001% se quedaba con toda Escocia, dejando al 49,9999% con dos palmos de narices y viviendo forzosamente en un Estado que no quieren. En Cataluña se está barajando este mismo modelo. Pero la experiencia histórica del «winner takes it all», no ha sido buena, más bien ha sido sangrienta, y de hecho lo sigue siendo hoy en día (Ucrania). Confieso que yo y muchos como yo, se nos haría difícil vivir y convivir, con un vecino «independe», sobretodo si perdemos por la mínima un referéndum.

Por eso se debería barajar un nuevo escenario. Así, si se decide que con un 51% de la votación del censo electoral en favor de la independencia, el territorio cedido debería ser solo del 51% de lo que representara ese censo electoral. Y así, en ese territorio, sin los insidiosos españoles poder desarrollar en plena libertad su catalanidad. La provincia de Gerona y Lérida supondría dicho 51% aproximadamente. Las infraestructuras que estuvieran allí, allí se quedarían, garantizándose pasillos de movimiento de personas y mercancías para garantizar la viabilidad. A los habitantes de ambas mitades se les daría un plazo razonable para escoger en qué lugar vivir (donde mantendrían la nacionalidad española o catalana). Dicho plazo sería aplicable a las empresas y otras entidades. Así el FC Barcelona podría escoger dónde quedarse. Al mismo tiempo debería congelarse el censo de los menores de edad a la fecha del referéndum, para que alcanzada la mayoría de edad pudieran en un plazo razonable, optar por la nacionalidad correspondiente. La Generalitat sería la soberana en su territorio, y mientras no se aprobara un nuevo Estatuto de Autonomía en la mitad española se aplicarían las normas estatales. El porcentaje de territorio sería mayor si la diferencia fuera mayor entre los favorables y desfavorables, estableciéndose un 85% como linea de aplicación de «the winner takes it all». España debería ir pensando es establecer una confederación con Portugal, para compensar población y en su caso aumentar su influencia política e internacional. No es un escenario que se desee, pero sería el menos conflictivo si hablamos en términos de cohesión y convivencia social. La historia lo demuestra.

La singularidad española: Del ébola a la indemnidad médica pasando por la histeria

Establecía la Ley 23/1998 de Cooperación Internacional en su artículo 38.2 que se tenía que desarrollar un estatuto del cooperante dónde se regularan entre otras cosas sus derechos.

El Real Decreto 519/2006 estableció dicho Estatuto. En su artículo 10, establece que los cooperantes tienen derecho a «La repatriación en caso de accidente, enfermedad grave, fallecimiento, catástrofe o conflicto bélico en el país o territorio de destino.» Por tanto, el debate de si los cooperantes enfermos de ébola tenían que volver a España o no es una cuestión política o propagandística, sino que es una cuestión legal. El Gobierno estaba obligado, de acuerdo a sus propias normas a hacerlo.

Despejado este falso debate, todo iba bien hasta que se produjo un contagio. Se dice que los protocolos de actuación son los mismos que se utilizan en todos los países, por lo que no se puede poner en duda. A partir de aquí hay que valorar la situación como un accidente, como uno de los riesgos que se pueden dar, como en cualquier operación o con la ingesta de un medicamento. No entiendo el porqué de tanto histerismo cuando se ha confirmado el caso. Está siendo tratado y parecen que se han tomado toda una serie de medidas suficientes, teniendo en cuenta el patógeno y su forma de expansión.

A partir de aquí hay cosas que yo no entiendo ¿Debe dimitir la Ministra de Sanidad? Yo no encuentro motivo por este caso. Las decisiones que haya podido tomar son mínimas y nunca de orden técnico. Y tal y como he demostrado de manera simple, la decisión de repatriar no es discrecional, si no de legalidad. Ya sabemos del celo de los políticos en pedir el despido de sus semejantes, pero no hay justificación. Oro tema que me pregunto es por la arrogancia médica. Sí, arrogancia médica que lleva a que personal que está escasamente cualificado trate un asunto tan delicado como este. No entiendo porqué un auxiliar de farmacia (cuyas funciones básica son el aseo y la alimentación de enfermos) tiene que tratar un paciente tan complejo. Parece como si el estamento médico hubiera querido reproducir su forma de comportamiento habitual (clasista a más no poder).

¿Y las denuncias de falta de medios y de formación posteriores? A mi esto me suena a oportunismo de baja estofa. Si esas hubieran sido las circunstancias, el personal sanitario se podría haber negado a atender al enfermo, pues así lo prescriben las normas de prevención de riesgos laborales. Por  tanto, hay intereses bastardos del colectivo sanitario, muy acostumbrado a hacer lo que quiere, a respetar poco a quien le paga el sueldo y a intoxicar la opinión pública.

A todo esto, entre Sabadell y Ripollet han muerto 8 personas por legionela, no se ha detectado el foco y la gente sigue aquí con la cantinela del proceso ¡Cuan fácil es poner el foco mediático!